Las estrías aparecen como alteraciones lineales de la textura y del color de la piel. Asientan en zonas de distensión, como el abdomen, los gluteos, la zona lumbar o cuadricipital, y son el producto de fuerzas de tensión sobre la piel, que consiguen resquebrajar la dermis formando soluciones de continuidad. Aparecen con la contracción o elongación del tejido cutáneo, propias de determinados estados como la gestación, el crecimiento o las variaciones de peso. Pueden aparecer también asociadas al uso de corticoides o en ciertas alteraciones hormonales.
La mayoría de ocasiones no suponen más que un problema estético, que puede llegar a ser particularmente incómodo. Una vez establecidas, y mientras son recientes, puede efectuarse el tratamiento de estrías que, en el mejor de los casos, permitirá hacerlas desaparecer. El mejor momento para tratarlas es durante los primeros cuatro – seis meses tras su instauración, mientras conservan todavía una coloración rosada. Si es el caso, el uso del láser fraccional no ablativo de 1540 nm las permite eliminar o mejorar en alto grado. Este procedimiento suele combinarse con el uso de preparados tópicos de derivados de la vitamina A (retinoides), que en conjunto aumentan la tasa de efectividad.
En caso de que las estrías estén instauradas de forma crónica (pasados los seis meses o cuando tienen coloración blanquecina) el tratamiento de estrías es menos efectivo, si bien es posible conseguir una mejoría parcial.
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Referencias bibliográficas
Elsaie ML, Baumann LS, Elsaaiee LT. Striae distensae (stretch marks) and different modalities of therapy: an update. Dermatol Surg. 2009 Apr;35(4):563-73.
Taub AF. Fractionated delivery systems for difficult to treat clinical applications: acne scarring, melasma, atrophic scarring, striae distensae, and deep rhytides. J Drugs Dermatol. 2007 Nov;6(11):1120-8.