Mito 1. El acné está causado o empeora por la alimentación.
Falso. Ningún estudio riguroso ha conseguido relacionar un tipo de alimento con el empeoramiento o la aparición de acné: embutidos, grasas ni chocolate. Evidentemente, para la salud el consumo excesivo de estos alimentos tiene otras consecuencias. Es posible que haya cierta relación con el consumo de leche de vaca desnatada y con un elevado consumo de alimentos dulces en un breve espacio de tiempo (sobrecarga glucémica), aunque los datos no son firmes. Por este motivo, más allá de los consejos propios de una alimentación sana, no es necesario hacer ninguna restricción en concreto.
Mito 2. El acné puede estar causado por el maquillaje.
Cierto. El uso de maquillajes y cosméticos que no sean para pieles grasas pueden obstruir la salida del folículo piloso y promover la aparición de comedones (espinillas) y, por lo tanto, de acné. La persona con tendencia acneica debe tener en cuenta que cualquier preparado que sea aplicado en su rostro (maquillaje, crema hidratante, regeneradora, protector solar…) debe ser con una base oil free para pieles con tendencia acneica (“no comedogénica”). Debe cerciorarse que todos los productos que emplee están rotulados de esta forma y se especifica que no empeoran o provocan el acné. En caso de no estar especificado, se recomienda emplear otro producto que sí lo indique.
Mito 3. El aceite de rosa de Mosqueta mejora el acné.
Falso. El poco poder anti-inflamatorio que posee la rosa de Mosqueta se ve eclipsado por el excipiente de las preparaciones, que es un aceite y por lo tanto empeora las lesiones de acné.
Mito 4. Si tengo acné es fundamental que me lave la cara con jabón cada día.
Falso. Ningún estudio riguroso ha arrojado datos de efectividad con el empleo de jabones limpiadoras: se ha observado que su efecto es mínimo y que la mayoría de veces su uso no tiene una relación coste/beneficio favorable. Tampoco se ha comprobado que un exceso de higiene empeore el acné por una sobreproducción de sebo compensatoria.
Mito 5. Si tengo acné no puedo utilitzar cremas hidratantes.
Falso. Las puede emplear siempre que sean oil free (para pieles acneicas o “no comedogénicas”).
Mito 6. El acné desaparece sólo y no requiere tratamiento.
Falso. Es cierto que durante la adolescencia hasta el 80% de las personas sufren acné, pero no por este motivo debe vivirse como algo natural que no requiere intervención. Aunque el acné sea en la mayoría de casos una enfermedad con alteraciones exclusivamente estéticas, es preferible realizar el tratamiento más precoz y sencillo para evitar la aparición de cicatrices que pueden permanecer para el resto de la vida.
Mito 7. El tratamiento con el antiguo “Roacután” hace que se te caiga la piel y que se te abran los labios. Es un tratamiento “muy fuerte” y peligroso.
Falso. Estos efectos adversos no tienen por qué presentarse si se hace el tratamiento a una dosis adecuada y bajo control con su dermatólogo. Su perfil de seguridad es elevado y la gran mayoría de efectos adversos que puede presentar son conocidos y detectables mediante una analítica sanguínea. Puede leer más detalles sobre la isotretinoína aquí.
Mito 8. Apretar y rebentar los granos produce cicatrices.
Cierto. Si la lesión es muy inflamatoria ya posee un riesgo de dejar cicatriz, y si esta se manipula, se traumatiza más la dermis. De esta forma aumenta el riesgo de que la lesión resuelva dejando una marca.
Mito 9. El acné aparece porque tengo el hígado “sucio” y hay que desintoxicarlo.
Falso. Hasta la actualidad ningún estudio ni observación ha encontrado relación alguna entre enfermedades hepáticas y acné.
Mito 10. Las cicatrices de acné no tienen tratamiento.
Falso. En la actualidad se dispone de varios métodos para eliminar o mejorar la mayoría de cicatrices causada por el acné, ya sean atróficas (deprimidas) o hipetróficas (sobresalidas). Pueden emplearse los peelings químicos y el láser, entro otros procedimientos, con esta finalidad. Pulse aquí si desea más información sobre este tema.