Pitiriasis rosada de Gibert

pityriasis

¿Qué es la pitiriasis rosada?

La pitiriasis rosada de Gibert es una enfermedad inflamatoria de la piel, con un curso auto-limitado, y que se expresa con una erupción muy característica.

¿En qué consiste?

En primer lugar puede aparecer un cuadro prodrómico previo a la erupción. Aunque éste no es constante, se puede padecer clínica catarral (tos, rinorrea, dolor de garganta), malestar general, síndrome diarreico y/o aparición de adenopatías palpables -ganglios linfáticos inflamados-.

Más tarde empieza la erupción que caracteriza la pitiriasis rosada. El cuadro típico consiste en la aparición de una placa eritemato-descamativa anular, con el centro menos inflamado, que se sitúa en el tronco o los miembros y que puede permanecer durante semanas. Se denomina “placa heráldica”.

Posteriormente brotan lesiones similares más pequeñas (pápulas), asalmonadas y ovaladas, que se distribuyen principalmente en el tronco y la raíz de los miembros, siguiendo las líneas de tensión de la piel (distribución en “árbol de Navidad”). Excepcionalmente afectan a la cara y las partes más distales de las extremidades. Típicamente aparecen de forma súbita y en oleadas, que normalmente alarman a quien lo padece. El prurito (picor) es muy variable, hay pacientes que lo sufren muy intensamente y otros que no perciben ninguna molestia.

Pese a ser éste el cuadro clásico, hay muchas variedades: lesión heráldica solitaria, erupción secundaria sin placa heráldica, placa heráldica con vesículas, con lesiones purpúricas… Hay tantas pitiriasis rosadas como pacientes consultan, y es el dermatólogo el profesional que más acostumbrado está a distinguirlas.

¿Cuánto tiempo dura?

La pitiriasis rosada es una enfermedad de curso limitado, que cura espontáneamente en un periodo muy variable de semanas. Por lo general se acepta que la duración media entre el inicio y el final de la erupción suele ser de un mes y medio, aunque se han descrito casos de entre dos semanas y cinco meses de duración.

¿Por qué aparece?

Su causa es desconocida, aunque cada vez parece más evidente que tiene un origen vírico (herpes virus 6 y/o 7). Esta hipótesis podría explicar por qué normalmente aparece en brotes estacionales.

¿Quién la padece?

Es más frecuente entre los diez y los treinta años de edad, y ligeramente más prevalente entre mujeres. No obstante, puede presentarse en cualquier momento de la vida.

¿Cómo se trata?

Es una enfermedad que cura espontáneamente sin tratamiento. La utilización de preparados de corticoides puede empeorarla e incluso generalizar la erupción (eritrodermia), con lo que no se recomiendan. Asimismo se dispone de estudios que evidencian el empeoramiento de la pitiriasis versicolor tratada con: emolientes (crema hidratante), radiación ultravioleta (UVA), helioterapia (tomar el Sol), antihistamínicos tópicos, corticoides orales y fármacos antivíricos. La eritromicina, un antibiótico oral, puede producir una ligera mejoría pero con una tasa de efectos indeseables gastrointestinales elevada, por lo cual no se recomienda en la actualidad.

Por estos motivos la única maniobra terapéutica que se recomienda es la administración de antihistamínicos orales si el picor es intenso.

¿Se puede volver a padecer?

El porcentaje de recidivas de la pitiriasis rosada de Gibert es muy bajo, lo habitual es que se padezca una sola vez en la vida, si bien hay estudios que arrojan una tasa de recidivas de hasta el 4%.

¿Se contagia?

Es una pregunta de difícil respuesta, puesto que se desconoce con exactitud por qué motivo aparece. Se acepta que el paciente que la sufre puede seguir con su vida normal sin especiales cuidados.

¿Puede dar algún problema durante el embarazo?

Por lo general se acepta que la tasa de abortos espontáneos de las pacientes gestantes con pitiriasis rosada es la misma que la de la población general, aunque se ha descrito un leve aumento de parto prematuro con hipotonía fetal al nacer. El aciclovir, un antivírico oral, puede emplearse durante el primer trimestre de la gestación para reducir un hipotético riesgo de aborto en los casos de erupción muy extensa, aunque la evidencia a favor de esta terapia es escasa.

 
Referencias

Drago F, Broccolo F, Rebora A. Pityriasis rosea: an update with a critical appraisal of its possible herpesviral etiology. J Am Acad Dermatol. 2009 Aug;61(2):303-18.

Agradecimientos

Al Dr. Leo Barco, por permitir la reproducción de la imagen clínica. Consulte www.dermafoto.com.

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