Las cicatrices tienen una prevalencia general en la población del 4.5 – 16% y, dependiendo del grado de desfiguración que causen, suponen un impacto psicológico notable en el paciente. En función de su localización y tensión, pueden reducir la funcionalidad, la movilidad, y ocasionar dolor y prurito.
Las cicatrices se forman por un exceso o defecto de colágeno en la zona traumatizada. Respectivamente se denominan cicatrices hipertróficas y atróficas. Las hipertróficas suelen ser producto de procedimientos quirúrgicos. Las atróficas suelen estar originadas por traumatismos o enfermedades inflamatorias de la piel (p.e., acné).
El enfoque terapéutico de las cicatrices es muy amplio y no solo depende del tipo de cicatriz sino también del tiempo de evolución de la misma. En este post dispone de más información sobre el enfoque terapéutico de las cicatrices. Existen numerosas opciones de tratamiento para las cicatrices: crioterapia, infiltración intralesional de fármacos, láseres, radioterapia…
¿Qué tipo de tratamiento se recomienda para las cicatrices traumáticas?
Para cicatrices traumáticas antiguas (más de un año de evolución), Ibrahim y colaboradores han descrito la combinación de láser de CO2 aplicado con técnica puntiforme (pinpoint) más láser fraccionado no ablativo de erbio.
Con esta técnica, en un primer momento se pasa el láser de CO2 en modalidad clásica (no fraccionada) por las zonas más afectadas de la cicatriz, con baja potencia (1W) y a un ritmo de disparo rápido (50 Hz). En un segundo momento, en la misma sesión, se efectúan disparos de campo con el láser fraccionado no ablativo de 1.540 nm a una potencia intermedia (15ms y 50 – 60 mJ/columna).
¿Qué eficacia tiene la combinación de láser de CO2 clásico y no ablativo fraccionado para cicatrices traumáticas?
En el citado estudio de Ibrahim se evaluó la eficacia de esta técnica sobre cicatrices quirúrgicas y post-traumáticas de 13 pacientes de una edad media de 24 años (4 mujeres y 9 hombres). La mejora se evaluó mediante la escala de Vancouver, que valora la presencia de capilares en la cicatriz, su pigmentación, la dureza y la altura de la misma. Según el grado de cada uno de estos ítems se otorga una puntuación de “severidad” de la cicatriz. La media de puntuación tras el estudio varió en un 41.5%, mejorando en especial la pigmentación y la altura de las cicatrices. El parámetro que menos cambió fue el de la dureza de la cicatriz. Ninguno de los pacientes presentó empeoramiento con el tratamiento, y un 50% de los participantes observó mejorías de más del 50% en el aspecto de la cicatriz.
¿Cuáles son los efectos adversos de esta técnica?
El láser de CO2 provoca inflamación (rojez y sensación de quemazón) de horas de duración, y posterior aparición de costras finas en la superficie tratada, que tardarán 7 – 15 días en desprender. El láser fraccionado no ablativo provoca rojez e hinchazón de 8 – 72h de duración, habitualmente.
¿Qué ventajas tiene esta técnica de combinación?
La combinación de dos láseres distintos permite beneficiarse de los dos mecanismos de acción diferentes que poseen los dispositivos, así como poderlos emplear a potencias menores que si los usáramos de forma aislada. Por lo tanto, se aumenta la eficiencia del tratamiento y, a priori, se reduce la probabilidad de sufrir efectos adversos. Probablemente, el único inconveniente de las técnicas combinadas es el aumento del coste del procedimiento.
REFERENCIAS
· Ibrahim SM, Elsaie ML, Kamel MI, Mohammed EE. Successful treatment of traumatic scars with combined nonablative fractional laser and pinpoint technique of standard CO2 laser. Dermatol Ther. 2016 Jan-Feb;29(1):52-7.