MITOS Y FALSAS CREENCIAS SOBRE LOS LUNARES Y EL SOL
1. “Los lunares de las palmas o de las plantas son malignos y tienen que extirparse”
No es cierto. Anteriormente, sin la Dermatoscopía o epiluminiscencia, estudiar el patrón pigmentado de las lesiones palmoplantares era prácticamente imposible, pero en la actualidad mediante esta herramienta se pueden determinar signos de benignidad y malignidad de los lunares y de las pecas, incluidas las de las palmas y plantas. Cabe decir, además, la gran mayoría de veces las lesiones pigmentadas de estas áreas no son malignas. Ante la aparición de una lesión pigmentada en las palmas o en las plantas, es necesario consultar con un/a dermatólogo/a para confirmar si se trata de una lesión benigna y determinar si es necesaria o no su exéresis.
2. “Los lunares tienen que protegerse más del Sol que la piel que no tiene lunares”
Falso. Los lunares son acumulaciones de melanocitos, las células que se encargan de proteger la piel de la radiación ultravioleta. Por este motivo, al tener más células, están más protegidas que la piel normal. El melanoma (cáncer de piel más agresivo) es más frecuente sobre la piel normal que sobre los lunares. La piel, con o sin lunares, tiene que protegerse de igual forma, mediante protección solar FPS 30-50 y evitando el Sol directo de 12 a 16 horas.
3. “Los lunares de toda la vida no pueden ser malos”
Incorrecto. Aunque el cáncer de piel es más frecuente sobre la piel sana y no sobre los lunares, aún un lunar presente desde el nacimiento o infancia (nevus melanocítico congénito) tiene cierto riesgo de degeneración a cáncer. Así, es estrictamente necesario un control periódico con su dermatólogo/a mediante Dermatoscopía, para la observación de sus lesiones pigmentadas.
4. “Los lunares con pelos son malos”
No es cierto. Pese a que existen melanomas (cáncer de piel agresivo) que poseen folículos pilosos, la presencia de un pelo en una lesión pigmentada es signo de benignidad la mayoría de veces, en especial si posee hipopigmentació perifolicular alrededor, observada mediante Dermatoscopía.
5. “No se pueden depilar o eliminar los pelos de los lunares porque se vuelven malos”.
Falso. El pelo de un nevus melanocítico (lunar) se puede eliminar mediante cualquier método físico para mejorar la estética, sin riesgo de que malignice.
6. “Si un lunar cambia tengo que consultar con un/a dermatólogo/a”.
Cierto, y recomendable. Los cambios en el tamaño, el color, la forma o la sintomatología que aportan los lunares son motivo para consultar con un/a experto/a en Dermatoscopía para que confirme si se trata de un lunar benigno o si presenta signos que sugieran su extirpación y análisis histológico para descartar un cáncer de piel.
7. “Si no me quemo con el Sol y soy muy moreno, no puedo tener una peca mala”.
Falso. Si bien los cánceres de piel son más frecuentes en personas de piel, ojos y cabellos claro, las personas con fototipos más oscuros pueden tener también melanoma y otros tumores cutáneos. De hecho no es raro que sean éstas las personas que menos se protegen del Sol, por lo que aumenta su riesgo.
8. “Si me pongo protector solar puedo estar todo el día al Sol porque estoy protegido”.
Incorrecto. El protector solar tiene una eficacia de un máximo de dos horas. Se debe aplicar media hora antes de exponerse al Sol y renovarlo cada dos horas como máximo, o al salir del agua (aunque sean ‘resistentes al agua’).
9. “Cualquier protector solar es bueno, todos son iguales”.
No es cierto. Aquellos con FPS menor de 30 tienen una eficacia mínima, con lo que se recomiendan aquellos que traen un factor superior al mencionado.
10. “Si me pongo protector solar no me pongo moreno o morena”.
Falso. El protector solar atenúa parte de los rayos UVA y UVB, pero no todos. Utilizar protección solar permite el beneficio estético del sol (ponerse moreno) y reducir el riesgo de cáncer de piel. Es cierto que el moreno tarda algo más en aparecer si se emplea protección solar, pero la relación riesgo/beneficio es claramente favorable al uso de protectores.
